He estado un montón de veces en Francia, de camping, pero hoy es el día que me causa cierta inquietud estar aquí. No es lo mismo estar de vacaciones diez días que estar seis meses. Ahora no vamos a campings, sino que aparcamos en la calle -nuestra economía no da para más- y el no conocer el idioma, y que no haya un idioma común, me parece que puede ser problemático. Pero Francia es uno de los países más sencillos para viajar en autocaravana, así que no debería haber mucho problema.
Lo básico es tener internet. En el E. Leclerc de Urruña, compramos una tarjeta de prepago del operador Free que nos da un mes de internet, renovable, con un montón de gigas. Esto lo vamos a poner en el router y para los móviles seguimos con el operador español. Quizá dentro de seis meses nos empiecen a cortar, pero dejaremos que nuestros yo del futuro se ocupen de ello.
La compra se puede hacer en un terminal -en perfecto francés- así que no hay que hablar con nadie, y sabiendo lo que quieres comprar con antelación, es más fácil. El tamaño de la tarjeta SIM pudo haber sido un problema, porque usan mini o micro y nuestros móviles tienen nano SIM. Había que desbloquear la tarjeta, pero tenemos guardados móviles viejos de emergencia y adaptadores de SIM. No exigen un documento identificativo, como en España, pero sí una dirección. En conclusión, que ya tenemos internet.
Tenemos la tradición de visitar todos los años San Juan de Luz, como despedida de las vacaciones en Francia. Es una ciudad muy bonita y muy turística, en verano está llena de coches y es difícil aparcar, aunque ya teníamos localizado un aparcamiento fijo en un hospital. En autocaravana es más difícil, hay que buscar una calle no concurrida, con poca pendiente -a nadie le gusta que su casa tenga inclinación- y que esté permitido aparcar. En España ya le tengo cogido el truco a aparcar en la calle con la Errante: en los sitios turísticos hay que ir fuera de la temporada alta, o a los sitios habilitados para ello, o llamar a la policía y preguntar.
Hasta llegar a San Juan de Luz nunca habíamos dado tantas vueltas para aparcar: en dos ubicaciones de park4night no había sitio, en otras calles había demasiada inclinación o un vecino nos echó, en otras calles limitan el aparcamiento por obras, de hecho, hay bastantes obras en la ciudad. ¿Quién iba a decir que esta ciudad siguiera estando tan llena de coches en mayo?
El clima ya es mucho más agradable que los días lluviosos que hemos tenido en Guipúzcoa, y después del subidón de inflación, los precios no parecen tan caros en Francia. Siempre hemos estado muy a gusto en este país, veremos esta vez qué tal.
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